San Sebastián fue un general romano que era el favorito de Diocleciano. Según la tradición era de trato amable, generoso y de buenas maneras, es decir, era respetado y admirado por todos pero era cristiano.
Consiguió que altos cargos políticos y militares romanos fueran bautizados y, según la leyenda, convirtió a 400 esclavos a los que dio la libertad.
El emperador Maximiano realizó una dura campaña de exterminio de cristianos. A Sebastián le desvistieron de todos sus señas militares y, atado en un árbol de un parque público, fue asaetado. Los soldados le dejaron allí malherido pues le creían muerto. Entonces Irene le recogió y le curó.
Cuando se recuperó, Sebastián fue a ver al emperador y éste, aterrorizado porque lo creía un espíritu, le mandó ejecutar. Su cuerpo fue tirado a una fosa de la ciudad. Fue recuperado y ahora, según la tradición, reposa en las catacumbas de Roma.
Es el patrón de los arqueros, deportistas y soldados.
Se le representa en el momento de su asaetamiento o con traje militar y con palma de mártir.
Oración:
Señor Todopoderoso. Tú que nos lo has dado todo te rogamos por todos los arqueros, soldados y atletas. Que por la intercesión de su patrón, el Glorosio Mártir San Sebastián les ayudes en todos sus días.
Mártir san Sebastián ruega por nosotros.
(Se repite tres veces y se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario