Aquí estoy mi Señor,
otro año más
con gran dolor
por ver tus lágrimas
de tanto amor.
Mi túnica blanca,
mi capa, de morado pasión
Del mismo color es mi capuchón
con esa estrella y el crismón.
otra semana santa
que te presentas al pueblo con las manos atadas.
te mueven aires de perdón.
Vas pasando con tu luz
llenando a los cacereños de Salud,
sí, de Salud
que es tu advocación.
esa salud que transmites
al parapléjico, al enfermo de perdón
al que no tiene fe
o al que no ve con el corazón.
Me permites Señor que te eche un piropo por lo magnífico de tu talla
igual que tu majestuosa salla.
¡Guapo! ¡Más que guapo!
te gritan la saetas al pasar
¡Guapo! ¡Más que guapo!
te alaban los ángeles de la Tropa celestial.
Y yo te digo, mi Señor
que no hay más perdón
que el de tu Pasión,
tu divina redención
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