En la montaña cacereña el silencio es roto por un único tambor. La Cofradía Penitencial del Santísimo Cristo del Amparo hace su Estación de Penitencia desde su ermita en la ladera de la montaña hasta la iglesia situada en lo más alto de la Parte Monumental, la Iglesia Parroquial de San Mateo. El sonido ronco de los maderos de los penitentes se entremezcla con el sonido agudo de sus cadenas y el rítmico golpear de las horquillas. El Cristo, adornado de flores silvestres, mira hacia el pueblo cacereño que le espera durante todo el año.
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